El presente eterno los comienzos de la arquitectura pdf




















Capiran el al. En algunos bastones los dos brazos de la Y m,:! IlIIrN prrlo,. Carballo en la cueva de El Pendo Sanrander. Ober- Este I V acioJo t" tscoyola,. Ilrl Dibujo dt l. Dttallt dt los c. Todo confluye en una forma nueva, sugesciva e inmediata- 1; mente llamativa. Es totalmenre comprensible que los primeros prehistoriado- l. En cierto sentido I lo es, en efecto, pero no en el usual. Con frecuencia se han encontrado huesos con varios orificios.

Tr2dUICO literalmente el. J,I T. Todos los cuernos Dibujo lo",. V ', con un agujero natural en el centro. Sobre la. Los lapones usan este tambor en diversas ocasiones, les. Este texto se refiere, n:utlralme:nte, a prktiCls cham mistas. L:1 mano izquierda, meramente grabada en silueta, parece casi hundirse en el abdomen. Su descubridor, H. Seguidamente pudo distinguir una segunda figura femenina en la pared de enfrente, asi como un caballo y un bisonte.

Pero no parece haberse sentido esa necesidad, y solamente se esculpieron e! Dibujo co,wPQuditlllt a l. Todas las figuras femeninas hechas a lo largo de este dilatadisirno periodo simbolizaban el concepto de ferrilidad.

LJS figurillas de terracota procedentes de Ur. Las intuiciones arcaicas de este tipo son persisrentcs. Pausanias II, 21, 1 habla de un lugar de Argos llamado Delea. LJs figuras humanas estaban su significado con certeza. I y conservada en el museo de Les Eyzics 22 x 22 cm. Pero J!. I vulvar totalmente aislado, profundamente inciso. Otra rcrrnina en el simbolo vulvar, Una tercera se asocia a 'un, signo en forma de U, a la izquierda. Hace mucho tiempo que fueron identificados como representaciones de vulva.

Son rojos. Enrrc ellos hay Ullinea negra erguida HO cm. Si no me equivoco, algunas partes de cs. Dentro de csrc marco "". Aun para d qu. Su segunda catcgoria arranca de la figura campaniforme. Esta idea puede conducir a conceptos muy elaborados, como el del poder de la palabra fecundante, la. Eso es lo que describe M. No hay pruebas.

En un bloque de. Este objeto esr. En el acceso JI santuario de Le Combe! Pcch-Mcrle se encuentra fiI. En , H. Breuil y R. Uno de los bastones, procedente de Brunique! En uno de sus lados hay tres peces reconocibles. I 5"'.. Dibujo J. Estos peces constituyen -les representaciones aparece con tanta frecuencia? Son asombrosamente realistas. Pero por encima de los renos.

Min, encontradas en forma. Fragrncncaria por W. No existen otros ejemplos similares, y por desgracia no se sabe nada del contexto 'en que se alzaban. Jt un. DibujfJ tomarlo dt Pit lt. Pero no se trata de una estaca. J base de estos argumentos: J, bif. O sa'a"do la IctlR"O, tU cotljr. Oil,, ;1. Explore the Home Gift Guide.

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This website uses cookies to improve your experience. We'll assume you're ok with this, but you can opt-out if you wish. Privacy Overview This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Privacy Overview. Necessary Always Enabled. Han sido los estudiosos de la psicologa profunda, ms que los prehistoriadores o los arquelogos, quienes desde Freud y Jung han venido buscando el significado de los micos y los smbolos.

Su punco de partida ha sido 3 psique individual, en particular la psique individual del neurtico clnico' de nuestros das. El Ttem y tabi de Freud anim a los antroplogos a llevar su indagacin por nuevos derroteros, y la obra de Jung, Rank y otros dio origen a una larga serie de investigaciones sobre el.

Pero un plantearnienro que parta del individuo no deja de tener riesgos. Se ha dicho que este enfoque -desde el alma y lo subjetivo no sale nunca de J; prisin que l mismo se ha impuesto, ni encuentra vJ de acceso :a las relaciones con el mundo objetivo: son palabras del escritor suizo Julius Schwabe, en su interesante obra A,cllftyp IIIld Tierkreis Arquecipo y zodaco: , pg.

Schwabe expresa este punto de vista al desarrollar su tesis de que los mitos y smbolos de las primeras altas civilizaciones guardan relacin con los fenmenos csmicos ms que con las emociones humanas, y que los arquetipos no son productos de la mente inconsciente exclusivamente. En esto Schwabe sigue a Bachofen : -Los sucesos terrenales estn atados a los csmicos. Son su expresin telrica. Fue creencia universal y fundamental del mundo antiguo que Jos fenmenos terrenales y celestiales obedecan las mismas leyes, y que una gran armona impregnaba por igual Jo perecedero y lo imperecedero Bachofen, ; ed.

Por otra parte, a los arquelogos, etnlogos y cuantos cultivan las disciplinas histricas les interesa ms, en sus investigaciones sobre el simbolismo, trazar los lmites de los estratos llamados inconscientes y remontar ciertos fenmenos considerados. Ni siquiera en la poca de las altas civilizaciones arcaicas estaba todava el hombre encerrado en su yo.

Segua convencido de: ]J interrelacin csmica y telrica entre los aseros y los hombres. Esta conviccin de una interdependencia y de su influencia consiguiente en el destino humano.

Repicrnoslo : los smbolos del arte primitivo arraigan en las exigencias primarias de la existencia humana, en b idea de una continuidad de la vida y la muerte. El objetivo dominante de la existencia primitiva 'era la obcencin de alimento. Alimenco quera decir animal. Cuando el ataque directo contra el animal fallaba, se inventaban ritos y signos y smbolos mgicos con los que el hombre esperaba investirse de poder par; ernbrujarlo.

Pero la mera matanza de bestias no bastaba pua asegurar un suministro concinuo de alimentos: eso dependa tambin de la fecundid3d de la especie, para asegurar la cual el hombre primitivo era todava ms impotente. Slo la magia ofreca esperanzas. Se comprende, por lo ranro, que casi todos los smbolos tempranos. Esto se observa con mayor claridad en el auriaciense primitivo que en el rnagdaleniense, posterior y m:s avanzado, En el primer perodo, un smbolo de fertilidad es la vulva: aparece consranternenre, por regla general sola pero a veces combinada con el animal cuyo incremento se desea.

Est: fuera de duda que esas representaciones de rganos femeninos no tienen nada que ver con los instintos sexuales humanos, y otro tanto sucede con las representaciones de rganos masculinos, mucho ms escasas, las figurillas femeninas de senos y vientres enormes o las figurillas masculinas iriflicas. A principios del perodo rnusteriense aparecen seales de una creencia en J; continuacin de la vida despus de la muerte.

Las Cosas no terminan abruptamente, la muerte no extingue la vida por completo, y se apunta alguna posibilidad de volver 3 entrar en el ciclo terrenal, lo mismo para los hombres que pan los animales, :aunque no es. En esa era el hombre viva cerca de sus muertos, :a los que daba sepultura dentro de su morada. Decenas de miles de aos ms tarde haba la misma costumbre en el delta del Nilo Merimde , muy poco antes de los albores de la historia, Los muertos influan en la suerte de sus descendientes, compartan las comidas familiares.

Hoyes costumbre en algunas partes de la Polinesia encerrar a los muertos dentro de la casa o fuera, bajo los aleros. Esta zona de inhumacin es sacrosanta: no se le vuelve l. El sim bolo Tambin el animal posea un poder mgico despus de la Tanto en pro del suministro de alimento como' para aplacar el del animal muerto, era razonable tomar medidas para facilitar su a la vida.

El hombre premitolgico estaba cornplerarnenre integrado en el mundo que le rodeaba. Formaba una sola cosa con l, no se alzaba por encima de l ni se senta su centro, sino un elemento humilde del mismo. Su suerte estaba regida por poderes que no era capaz de comprender. Para l el animal era un ser superior, una criatura mayor que l, y 11 mismo riernpo una personificacin de potencias invisibles. Todos los smbolos prirniti vres tienen sus races en esta era zoomrfica. Por simples o complejos que sean, todos ellos representan fuerzas invisibles de un universo todava no reducido a campo de batalla entre hombre y hombre.

En los miros. Para el hombre primevo, el hoy, el ayer y el maana eran una sola cosa. Los mitos nacieron de la gigancesca transformacin que de la era zoornrfica llev a la antropomrfica en la que an vivimos, y en consecuencia su aparicin es rclarivarnenre tarda. Seria avencurado asignarles fechas precisas: sin ern bargo, a partir de su contenido, de los conflictos que encarnan y del contexto en que se inscriben: cabe suponer que coincidieron aproximadamente con las primeras comunidades formales, del tipo de los pequeos asentamientos en tomo a Ull cemplo que florecieron en el norte y el sur de Mesopocarnia en el cuarto milenio a.

En la c:popeya surneria de Gilgarns las ciudades son ya centros reconocidos de la religin y la autoridad. Segn los datos, Gilgarns no vivi antes del 0 a. Si examinarnos : situacin inrnediaeamenre anterior, tal como se refleja en la cermica pecsl y rnesopotmica del cuarto milenio a. Los esq uernas abstraeros. Sin embargo, no hay que olvidar que los mitos antropomrficos conservan an vestigios de la prehistoria. Como los signos y smbolos del mundo primitivo, indican Il eterna polaridad de la vida y la muerte, y se integran en el cosmos.

Ahora se les ha dado a todos terma antropomrfica, y hasta astros han pasado a ser personificaciones destas. Esta mezcolanza de los hombres y los dioses con el cosmos es la caracterstica primordial de los mitos. Una de las conquistas de Julius Schwabe ha sido el dejar salir a los mitos y con ellos a los arquetipos del laboracorio psicolgico y devolverlos a su posicin dentro del cosmos.

En su opinin, el fallo del psicoanlisis -y de la teora de los arquetipos de Jungreside en que nunca esclpa de II psique, de la subjetividad, que ha llegado a ser la prisin que l mismo se ha creado- p:g. Sch wabe fecha indirectamente la aparicin de los mitos definiendo la posicin de los planetas de los cuales, segn l, nacieron las teoras ascrolgicas.

La disposicin simtrica. La enorme importancia de esra disposicin primaria de los planetas para el simbolismo en general. Hay que aadir que no. J relacin de la vertical y la horizontal. En los tiempos primevos, todas las direcciones del espacio tenan el mismo valor, y el mismo derecho a existir. El hecho de que la posicin simtrica de los planetas con respecco a J; cruz axial fuera siquiera advertido slo se puede relacionar con el nuevo descubrimiento de la vertical como principio de orden.

Pasado el suceso siempre se pueden descubrir cierras C:lUI:! Una vez mis cm pczarnos J reconocer la sabidura de 'las poos plsadJs en qu ' se saban muchas menos cosas, pero se conceba el mundo como alzc libre e indeterminado, no encerrado de?

Desde entonces ha sido arrollado por la presin hostil del pensamiento racional, que, reforzado por la experiencia y por la razn misma, ha ido ganando terreno consranremenre La razn de ser del smbolo radica en la voluntad humana de expresJf lo que-es intrnsecamenee inexpresable- , pgs. La naruraleza esencial del smbolo ha consistido siempre en esa voluntad de t'xpresar lo intrnsecamente inexpresable, pero en los tiempos primitivos 13 cristalizacin de 'un concepto en forma de smbolo significaba an rns : , el smbolo se identificaba con el deseo, la oracin o el encanramieneo perseguido.

A las clases de smbolos que se encuentran en los relieves funerarios romanos los llama Bachofcn -reposantes en s-, es decir, completos en s mismos. Los simbclos empleados en las catacumbas cristianas hasta mediados del siglo v d.

Todos ellos lpuncan a la vida ms all de la rumba y SOntrascendentales, rniencras que los smbolos primitivos no eran ni completos en s mismos ni trascendentales. Es dificil determinar los lmites del simbolismo en la prehistoria. Se crea que fuese un agence potente, y por la fuerza de la magiJ sirnptica se invocaba su auxilio par:! Sin embargo, la linea de demarcacin entre el smbolo y OCflS represenraciones es imprecisa, por ejemplo en las fascinantes formJS de animales que aparecen sobre las paredes de las cavernas, con su inextricable mezcolanza de intencin mgica y realismo neto.

De nuevo nos dirigimos a una' era del simbolismo. Nadje niega ls leyes de la lgica, tan vlidas hoy como ayer. Sin embargo. Examinando la historia -incluso 13 hilror vital del ser mis simpleno podemos dejar de observar que. Lo mlS que tienen en comn es su afinidad humana: rara vez puede preciarse ocra vinculacin directa entre ellas.

Parece casi obvio que la representacin de la mano, el miembro ClpJZ de mayor desrreza forrnaeiva. En culturas ms recientes, los significados atribuidos J IJ mano experimentaron una amplia diferenciacin: primero en Egipto y Sumer y despus en la India, bajo la influencia del hinduismo, cada posicin de la mano en la danzJ y la escultura adquiri una significacin particular.

De los movimientos de las mJnOS naci un lenguaje ritual por seas derivado de la secuencia de sus significados simblicos. En la cueva de Pech-Merle, el abate Lemozi identific una represcneacin probable de una mano izquierda y OtU derecha impresas en la arcilla, mostradas mediante cuatro traros separados y una mella que bien pudier:a ser el pulgar. CUJUO lneas paralelas unidas en forma de horca le ciernen sobre el gracioso caballiro chino- amarillo de Lascaux.

Se las ha interpretado como una mano echando un sortilegio sobre el caballo. Esta mano completamente abscracea aparece en un perodo de pintura muy avanzada.

En Alrarnira hay una representacin sernejance de una mano abscracra en forma de horca en conjuncin con un bisonte rnagdaleniense. El clculo de los milenios que separan las impresiones en arcilla de Pech-Mcrle de las formas pintadas de Lascaux y Alearnirc slo puede ser conjetural. Las manos silueteadas con color. En el perodo auriaciensc, simulenecrnenre JI deseo de expresin arrisrica, aparecen manos simblicas en las paredes de las cavernas.

Puede ser que algunos de los signos ondulantes rrnzados direcrarnenre en la arcilla blanda de LIs cavernas poseln la misma significacin que las impresiones de la mano completa rodeada de color.

Posiblemente sean sus precursores. Cerca del acceso a la paree ms recndita de b cueva de Alcamira hay un corredor bajo y corto 2,1 m. Todo d techo esc: cubierto de cortos signos lineales apiados. La arcilla continuamente hmeda recoge cualquier leve presin, cualquier vibracin de un movimi. Parecen haber sido impresos con trazos dpidos: rodavia hoy se distinguen la presin de las yemas de los dedos al principio y las seales de las uas al final de cada-trazo decidido.

En un caso se aprecia muy clarJmente la impresin de tres dedos de la mano izquierda, uno de ellos el largo anular. Qu erra cosa pueden significar eseos nerviosos signos de admiracin-, terca y continuamente repetidos, sino peticiones urgentes de auxilio, in vocaciones primiei vas? Hoy da cuesta trabajo darse cuenta de la rnagnirud de este saleo hacia delante para la humanidad. Estamos arve el comienzo del arre de 13 pintura,. En los repliegues de roca de las cavernas se encuentran un ocre rojo y un manganeso azul-negro.

ImpresiJII Ifeglr:;v. Es seguro que cscc proceso no se hacia con pincel. Este ripo de impresin er ; mis empleado que el otro, y posee un mayor impacto visual, El color as utilizado admite mayor radiacin, y adems puede ir difuminndose en los bordes, lo cual rcbuscccc el efecto icnico do: la imagen, a menudo con una fuerzl migic:l, invocadora.

Si de algo se puede decir que ilustra la evolucin auriacicnsc, de; la cUhemos perdido roncos pasol intermedios, es de estas m. Teth tlr.

J menudo en conjuncin con animales. En los casos en que las manos son de un perodo anterior. Siguen siendo visibles por transparencia.

Esta cueva. En el abare Breuil y E. Carrailhac contaron ciento cincuenta manos, a las que habra que sumar las desvanecidas o borradas Carrailhac y Breuil.

Cerca de la entrada de esta cueva de Gargas las'manos se arraciman forLas manos. Son impresiones separadas, casi todas de mano izquierda. El abate Breuil observ que ciento veinticuatro de las ciento cincuenta que haba contado eran izquierdas, De ellas setenta y seis estn rodeadas de negro y cuarenta y ocho de rojo. En el centro de esta cueva se ;alu una majestuosa columna hueca de roca. Probablemente debido a su parecido con una capilla, a la cueva se le ha dado el nombre de Santuario de las Manos.

Unas cuantas manos se agarran a los pliegues a modo de cortinaje de la formacin rocosa. Casi todas estas manos han sido mutiladas. En algunas slo quedan los tres dedos medios, y en otras slo el propio dedo corazn. No hay rastros de animales u otras configuraciones en relacin con estas manos.

Casi todas estn deformadas. A propsito de su aspecto se han recordado las ceremonias de auromurilacin ritual de ciertos pueblos primitivos actuales, en las cuales se amputan una o ms de las falanges. Esta aurornurilacin tiene siempre el carcter de un sacrificio pan ahuyentar un mal, por unos u 'otros motivos: evitar un accidente, impedir que los muertos intenten vengarse, una prenda de iniciacin, un voto por el xito de alguna accin; a veces el aconrecimienro de que se trace prescribe cu51 de las falanges ha de ser amputada.

Este sacrificio ha significado siempre una peticin de proteccin. La nube de: manos mutiladas de: Cargas se alza como un coro de tragedia, eternamente suplicando ayuda y misericordia. Las mallos 'de El Castillo: La cueva de El Castillo, situada a unos treinta y dos kilmetros de Santander, en el noroeste de Espaa, fue investigada en por Alcalde del Ro y en por Breuil.

Todos los periodos de J; prehistoria, desde el achelense hasta el aziliense, han dejado rastros en ella. A lo largo de una pared ondulada se extiende un friso de manos que llegan hasta el techo. Aqu las manos no estn solas, sino acompaadas de: ponctuations ; smbolos y animales.

Esta pared presenta una amalgama de aportaciones de pocas muy disranres unas de otras. Casi todas las manos, entre las cuales predominan las silueteadas en rojo, se han desvanecido mucho, a excepcin de las que quedaron protegidas por una pelcula cristalina. Otro tanto ha sucedido con la mayora de los tectiforrnes,' Solamente destaca un smbolo de gran tamao que forma una amplia curva. Muchas erras formas se han borrado. Con gran esmero, Breuil dibuj en la discribucin de la manos e:n esta cueva Alcalde del Ro, Breuil, Sierra, , pg.

Los contornos apenas visibles de bfalos, puntos y rectiforrnes transmiten el legado de cada poca a sus sucesores. En esa oquedad aparece, :1 manera de imagen voriva, una mano izquierda fucrrcrnenre silueteada en negro. Ese: pintada sobre un bloque de piedra dentro de un halo de almagre, a su vez rodeado de discos rojos como una constelacin de estrellas. La unidad del bloque de piedra y la imagen da una impresin inequvoca de mouurncnralidad,.

Desde ah la vista es ineluceablernenee arrastrada a la can inferior de fic. Hay alguna relacin entre estas formas animales abstractas y la mano contigua, alzada y dominante? Cuesta trabajo creer que no. De nuevo se trata de una mano izquierda 21 cm. Sus dedos esbeltos, de delicada factura, se abren sobre la roca como siestuvieran arrojando un encantarnienro.

La curva entre el pulgar y el ndice es bellsima. La forma de esta mano ya no es resultado de una simple impresin; parece haber sido refinada y perfeccionada con ayuda de un pincel.

Aqu, en un fragmenco, hay una gracia que en la prehiscoria no se encuentra nunca en la figura humana completa. Esta mJl10 revela algo del. Esta mano de El Castillo recuerda el -elge de la rnain- de Henri Focillon: Las manos son casi seres vivos La mano significa accin: ase. N o exponen estas palabras el significado interior de los smbolos en los tiempos primevos? A finales del periodo auriaciense se extingui la costumbre de hacer impresiones de manos negacivas o posicivas.

Los rnagdalenienses tomaron otros rumbos. Una expedicin dirigida por el lnscirueo Frobenius descubri paredes enteras de cuevas cubiertas de impresiones de manos negativas. Est3S cavernas de Darembang, en Nueva Guinea, estn situadas muy por encima del nivel del mar. Las manos representan un fenmeno paralelo al de la cueva de Cargas: pero aqu se esparcen por todas parces.

M;s que estar organizadas en constelaciones o grupos, en Darernbang las manos forman una acumula-. En quirclcgia se llarna mano sel!.

No se puede fijar con exactitud el significado de las manos: es variable. Las imgenes de manos, sean mutiladas o completas, expresan siempre una splica a los poderes invisibles, al margen de que el objeto inmediato de J; peticin pueda ser m uy diverso: proteccin, evitacin del mal, auxilio para lograr el xito en alguna empresa. L; hiptesis de que las impresiones de manos mutiladas de Gargas podran haber sido hechas doblando hacia dentro algunos de los dedos, y otras explicaciones similares, no tienen en cuenca ni la poca ni las circunstancias.

Debe haber' habido alguna razn para que algunas manos estn silueteadas en rojo y otras, a menudo al lado de aqullas, lo estn en negro; pero no tenemos ninguna pista sobre el sentido' de esa alternancia de colores. La mano puesta en relacin con animales puede significar tanto una ambicin de captura de la presa deseada como una invocacin pidiendo su fertilidad, el aumento numrico de los animales mismos.

Dos caballitos preados constituyen el objeto principal pintado sobre la superficie frontal plana de una roca en forma de altar que hay en la sala grande de Pech-Mcrle.

Alrededor de. Las dos mejor conservadas estn sobre los lomos de los caballos, una derecha a la derecha y otra izquierda a la izquierda. En el abrigo rup.. Si la incerpreracin de este signo es correcta, dicha mano forma una especie de pareja con el anillo de piedra que ocupa una posicin similar sobre uno de los caballos del' extremo izquierdo del abrigo.

Es posible: que en parte se originara de las seales de las uas de un oso caverncola. Si as fuera, seria un caso ms del mecanismo de ver una forma en la roca y adaptarla para hacer un smbolo. En Laugerie Basse Dordoa se hall un amuleto en forma de mano. Es una talla rncgdaleniense hecha sobre un candil de asta, y representa una mano y un antebrazo de pequeo tamao 7 cm. En ello pueden tener parte recuerdos prehistricos tiempo atrds desvanecidos. Onians, en The origins of European Ihollgl'l, repite con frecuencia que la mano representaba.

Zeus dej encinta a lo de pafo, nos dice siguiendo a Esquilo , con un toque de su mano- pg. Manos derechas t iz qulerdas Las estadsticas hechas por Breuil en las cuevas de Cargas y El Castillo arrojan mis manos izquierdas que derechas. Con frecuencia se ha dicho que es que ya encouces el hombre usaba prefercnrcrnenre la mano derecha, y por lo tanto le resultaba ms fkil pintar con esa mano que coa la izquierda: explicacin demasiado simplista.

El significado de la mano izquierda hay que bUSCJ. Bachofen vea en la mano izquierda. En su apoyo citaba a Plinio, que vincul el lado izquierdo 'del cuerpo humano con el principio femenino. Sugiriendo una relacin con la Diosa Madre, Bachofcn aluda a un pasaje de Apuleyo donde se narra que en la procesin egipcia de Isis,.

Rebasando los limites de un solo miro particular de creacin, la consideracin del lado derecho como masculino y del izquierdo como femenino es casi una concepcin universal de la humanidad. Baurnauu, , p:ig. El mismo amor seala hasta qu punto se cree qu. Hay un cilindro-sello temprano, de comienzos del tercer milenio a. C,; cuya composicin apunta J su antiguo origen: algunas de las figuras!.

En los patios de Jos templos m. Esa especie de cerca que rodea la. Se traca de un caso muy especial. Lo que hay aqu no son ya impresiones directas de manos, sino abstracciones conscientes para llegar :1 formas a las que. Estos signos rojos se organizan en dos hileras. Todos ellos estn pintados sobre un saliente muy curvado de la roca. El ojo de la cmara slo los puede recoger distorsionados, y los dibujos de Breuil Alcalde del Ro, Breuil, Sierra, , figs. Cinco de los signos represen can sin lugar a dudas una mano con antebrazo.

Pero incluso estos signos inequvocos son completamente ajenos al naturalismo y grotescos por sus proporciones y su forma. Una mano indudable tiene tres dedos corrisirnos, la palma muy alargada y el pulgar muy separado; otra tiene solamente cuatro dedos y la silueta curva de J; mano; una tercera tiene cuatro dedos redondeados -que recuerdan dedos de los pies-, segn palabras de BreuiJ.

Al lado de estos signos f;cilmente reconocibles hay otros, todava ms abstractos, a los que ya no es. De qu poca son? Breuil los sita en los inicios del auriaciense : -Nuestra impresin frente a pinturas tan brbaras como stas de Sanrin es que son un retroceso a 12ms remota Antigedad y hay que atribuirlas a los comienzos mismos del arte auriaciense pg.

Desde el punto de vista estilstico se hace. Primer ' Sr. En s las formas son muy diferenciadas; tienen poco en comn con las absrrarciones robustas pero simples que encontramos en los comienzos del auriaciensc.

Varas veces se ha incencado interpretar las formas absrractas de eSCJS manos y signos. Luquct los explica como debidos en parte a la curvatura de la pared, que dificultaba hacer impresiones directas de las manos, y en paree a lo que l llama torpeza fecunda.

Con ello se refiere enriquecimiento de: los dibujos infantiles por ebbora-. Da la impresin de que estos llarnarivos signos de Santin preocuparon :1 Breuil, que emprendi algo que rara vez inrcnraba : la bsqueda de ejemplos semejantes entre. Por desgracia, no suministran pisos m:s seguras sobre la cronologin de su inspiracin original, si fue a principios o a finales de la prehistoria. La cuestin de su periodo de origen no se aclar tJmpoco cuando, e11 octubre de , las obras de mejora de la entrada de la cueva dejaron al descubierto algunos restos de huesos de animales y llll crneo humano, que los antroplogos espaoles situaron inrncdiaramcntc en el auriacicnsc Andrcz, V, Vallois afirma, sin embargo.

Tlmbia el homr re neolcico enterraba a sus muertos J entrada de las cavernas , pg. Comparando los sigu de Santi:n con las formas mjs ""t'ro,u del jeroglfico egipcio que indica el brazo, la mano y el dedo, ti. VI , se ldvierlt. J bs formas originales de esra escrieura por signos el ru. Da igua! I Ill. Escos jeroglificos de alrededor de: JOOO a. Cienos casos 1: ' permiten descubrir nexos de unin, pero en general jeroglficotunden sus races en [as tradiciones de la era neolrica.

Mcrfolgicamenee, los signos mis inreresanres de S. In manos? Datan de los comienzos o de las posrrirneras de la prehisrort. Esra cuestin vuelve a planrearse en erras circunsr.

En este caso, hay cierras indicaciones de que estas formas que recuerdan planeas o estrellas pertenecen :1 finales del perodo neolcico. Ha y una palera de pizarra de IJ cultura arnraricnse del Egipco prcdin:scico que ha sido objeto de ineerpreraciones divergentes. Muestra un trapezoide que remara en dos arcos curvados hacia arriba, cada uno de los cu. Ics cerrnina en una estrella de cinco puntas. De cada lado del trapezoide sale otra estrella, y hJy otra m:s' entre los arcos.

Flindcrs Pcrrie, que fue quien descubri! J paleta, pens que representaba una cabeza de vaca con estrellas de cinco puntas en "los cuernos y las orejas , Iim. IV, lig. MJX Raphael, porel contrario, dira: -En realidad estarnos ante una repres. CabczJ de vaca o cuerpo de mujer? En trminos de la estrecha vinculacin de diosa madre egipcia Haror con la VJCl celestial. Pero el aspecto global de esta figuracin pseudoastral. Esra poscura de brazos muy levantados. IIl cabe s"allr algo ms : en el arre levantino espaol de tinalcs del perodo ucolirico se han e11C0I1Crldo brazos que acaban en estrellas o en form.

Brcuil sugiri que estas figuras currclaznd. Tambin Carl Schustcr, en SU! Ni el m:s superficial observador podra dejar de reparJr en! J notable frecuencia con que: lpareccn perforaciones circulares en todos esos objeros pequeos que constituyen el llamado arce mobiliario.

Slo rara vez se trata de: un orificio simple, cilndrico. Generalmenre, la pcrtor acin consiste. Tambi'::n puede ser lbqpda, ov. A la hora de buscar un significado preciso :J estas perforaciones estamos an ms desvalidos. Estos diversos articules de pequeo tamao son en su rnayoria objetos de culto. J menor certeza de su significacin. En ese ao se encontr en la cantera de Veyrier un b,icOII de comrnandement. Los btons de commandtnrtnl aparecen por primera vez en el auriaciense en forma de T o de Y, pero sin decoracin.

La decoracin artstica aparece en el perodo rnagdaleniense, sobre todo en su ltima fase. Los bastones destacan por la riqueza de su grabado y la meticulosidad de su tratamiento esculrrico : obviamente son productos de un. La delicadeza y fngilidad de estos artculos de asta de reno o de ciervo.

Ya Reinach, y prehistoriadores de la primera. La opinin predominante, empero, sostena que estos bassPnes perforados servan a finalidades prcticas, es decir, que se trataba de armas o herrarnientaso Algunos arquelogos los consideraban armas morriferas, como las empicadas por los jefes de las tribus norteamericanas para la ejecucin de esclavos en ciertas fiestas. Otros pensaron que poda tratarse de estacas de sujecin de las tiendas, picos, mangos de tiradores, instrumentos p;ra enderezar flechas.

Una hiptesis de alrededor de afirmaba que los bastones perforados eran una especie de fibula que, con ayuda de un cordel, sujetaba piel de animal alrededor del cuello.

En apoyo de esta teora, que tuvo amplia aceptacin, se aduca toda una serie de ejemplos dernosrrarivos de los bastones perforados de asta de reno que los esquimales actuales llevan al cuello Schoerensack. En el cuarto Congreso Internacional de Ciencias Prehistricas y Protohistricas Madrid, , el abate Breuil present la teora de un investigador portugus: los bastones perforados, se deca, se empleaban para hacer cuerda de crin de caballo, anlogamente a ciertos instrumentes de madera, los.

A Breuil esta teora le pareca plausible, porque conoca la existencia de cuerdas carbonizadas procedentes del Paleolrico ; no obstante, aada a modo de conclusin: -Encindase que en modo alguno sostengo que se pueda aplicar ese. Es muy posible que algunos bastones perforados, de tipo ms resistente, sirvieran a fines prcticos: pero no tienen nada que ver con los oeros de grabado ms delicado, a veces con motivos muy complejos.

El nmero de hallazgos es notablemente elevado Graziosi, trad. En sus motivos se subraya la eterna polaridad de nacimiento y muerte. Esto se cumple en codos los objetos rituales, ya sean bastones, propulsores de jabalinas o discos de hueso. Tenemos un claro ejemplo del deseo de captura del animal en un disco de hueso grabado de dos centmetros, procedente de Laugerie Basse Dordoa y conservado en el museo de Prigueux, En el centro hay una perforacin, Por las dos caras del disco est representada una cierva, en una amenazada por puncas de lanza dispuestas junto al borde, y en la ocra ya aparentemente herida.

El deseo de fertilidad se expresa en uno de los primeros hallazgos de los pioneros exploradores de la prehistoria, Larret y Christy. Una importante aportacin a los estudios prehistricos Capitn, Breuil, Bourriner, Peyrony, , pgs. Bourriner en el Abri Mege, cerca de Teyjat Dordoa. Este hermoso bastn de hueso permite hacerse una idea de la complejidad de los temas y la riqueza de su concenido, todo ello encerrado el los ms estrechos lmites.

No nos es posible descifrar el juego de significados qu estas rcpresentaciones encerraban para el hombre primevo. Lo nico que podemos hacer es reconocer su asombrosa riqueza, y la infalibilidad con que han sido talladas por una mano maestra. Entre dos perforaciones hay un caballo galopante de grJn tJmao.

La magistral variacin del trararniento de las crines y el pelo, as como la relacin de estas zonas rayadas con las superficies planas del cuerpo. Los principios seguidos son similares a los que se advierten en los grupos de bisontes de la Galcrie Breuil de Le Porte] Ariege , y en varios bisontes policromos del techo de Alramira. La simbolizaci6n hacia el cazador, muestra exactamente uno de esos simulacros de ser humano.

En algunos bastones los dos brazos de la Y m,:! Que estos bJtotrs de commandement guardaban relacin con los ricos de fertilidad esc claramente confirmado por un fragmento de uno de ellos, proceden ce. Slo quedan las dos ramas y la parce superior de la perforacin. En este caso tenemos un doble falo con grabados lineales: dos valos, lneas en zigzag y signos lineales Graziosi, lrn.



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